Doña Roberta Zamora no sabía que el día que su hijo Marcos Yorente, se le iba a caer del lavandero marcaría su vida para siempre.
Acompáñenme a ver esta trágica historia.
La pobre familia ahora sufre
Esa mañana se despertó como siempre para bañar al niño. Le hizo su respectivo fresco de flor de avispa y le calentó agua. Pero cuando lo llevaba en brazos tropezó con una pelota de béisbol que había dejado su marido en el piso y el niño salió por el aire a dar con la cabeza contra el lavandero.
“Dios miyo mi lindo, yo solo escuché el gran vergazo”, recuerda doña Roberta.
Por suerte el niño sobrevivió, pero a lo largo de los años fue mostrando graves secuelas que hoy marcaron a su familia.
“El hijuepucta se me hizo sandinista, primero que iba a entrar a la tal Juventud, luego que quería ser policía, ahora ya casi es CPC, la verdad es que mejor lo hubiera dejado morir o lo hubiera abortado”, declaró entre lágrimas doña Roberta.
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