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Dictadura Sandinista otorga asilo político a sindicalistas Panameño prófugo

¡Atención Centroamérica! La dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue ampliando su exclusivo club VIP de prófugos, exóticos y fugitivos de la justicia. En su última jugada magistral, el Carmen ha decidido abrirle las puertas —y probablemente también la ducha— al panameño Erasmo Cerrud, un sindicalista que, según Panamá, tiene más cuentas pendientes que un estudiante en finales.

Nicaragua, el nuevo inodoro político de Centroamérica: ahora perfumado con sindicalistas Panameño prófugos

Sí, así como lo lee: mientras en Panamá ofrecen 10 mil dólares por información que lleve a su captura, en Nicaragua le están preparando la habitación de huéspedes… con vista al lago, pero con barro hasta el cuello. Porque en la tierra del «No me investigues que soy inocente por decreto», parecer un perseguido político ya es suficiente para ser declarado refugiado ilustre.

Según la versión oficial nica, el buen Cerrud no es un simple investigado por estafa, lavado de dinero y asociación ilícita —¡no, hombre!—, es un perseguido político de lujo, tan importante que merece asilo de emergencia en la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá. Y así, con una nota diplomática en una mano y el Código Penal panameño temblando en la otra, Nicaragua lo acogió como si fuese el mismísimo Mandela sindical.

Y por si quedaban dudas de que la cosa va en serio, recordemos que hace apenas unos días, la dictadura nicaragüense decidió salirse de la ACNUR, porque claro, ¿quién necesita estándares internacionales cuando podés usar la Convención de 1933 como mantel para cubrir el festín de prófugos?

Esto ya no es política exterior, ¡es reciclaje diplomático! La dictadura convierte todo lo que los demás países descartan en “residuo” político… y lo convierte en “tesoro” revolucionario. Si usted está huyendo de la justicia en su país, ya lo sabe: Nicaragua lo espera con los brazos abiertos, el pasaporte sellado y quizás una curul en la Asamblea.

Ya con varios refugiados bajo la manga —uno en Bolivia, otro con brazalete y el sindicato hecho un polvorín— Nicaragua consolida su nuevo rol regional: ya no es solo el país donde los derechos humanos se fueron de vacaciones eternas, ahora también es oficialmente el inodoro diplomático de Centroamérica. Porque todo lo que nadie quiere, allá va a parar.

Y entre tanto, el pueblo nicaragüense, que sí necesita protección, asilo y justicia, sigue tragándose el trago amargo… mientras a los prófugos les sirven cocteles en la embajada.

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